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MUJERES ARMADAS
 

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Ser mujer y tener trabajo "de hombre"

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La presencia de las mujeres policías en las fuerzas armadas es cada vez más fuerte. Sin embargo, son víctimas casi invisibles del machismo de su profesión. Portan las mismas armas y tienen la misma formación que los hombres, pero ellas deben demostrar más.
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Por: Agustina Piotti.

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El 10 de enero se conmemora el "Día de la Mujer Policía de la provincia de Buenos Aires" en homenaje a la Sargenta Silvia Mariel Sgarzini, la primera mujer policía que falleció en acto de servicio, en 1993.

Fuente: Ministerio de Seguridad de Buenos Aires.

Crédito: Google imágenes.

 

Ser policía, fue durante mucho tiempo, cosa de hombres. En marzo de 1947 la provincia de Buenos Aires incorporó por primera vez mujeres a la policía. De esta manera se convirtió en la primera Fuerza de seguridad en América Latina que unió a sus filas mujeres en actividades operativas hasta entonces abarcadas por hombres. Fue para fines de ese mismo año, según un informe de la Facultad de Ciencias de la Educación de La Plata, que la Policía de la Provincia de Buenos Aires creó una Brigada de Seguridad, conformada en su totalidad por mujeres.  

 

Brindar seguridad a los ciudadanos es uno de los objetivos principales que tiene la policía. Su rol de protector fue, desde tiempos inmemorables, asociado a la figura masculina debido a los estereotipos que predominan para este género, como la fuerza física o la capacidad de tomar decisiones importantes. Esto se da debido a prácticas discriminatorias y patrones de conducta machistas que limitan el potencial de las mujeres y las conducen a un deterioro en su vida laboral. Muchas son empleadas en espacios específicos como la Comisaría de la Mujer y la Familia donde también hay sufrimientos de otras mujeres.

 

Hace menos de 20 años, en Argentina, la mujer representaba una minoría dentro de las fuerzas policiales. Hoy el paradigma es completamente distinto. En la actualidad, con el cambio de visión sobre la mujer y lo que puede lograr en el ámbito laboral, cada vez más integrantes del género femenino llenan las comisarías de todos los barrios del país. 

 

Hoy en día, la tasa de empleo de las mujeres es 25,5 puntos porcentuales menor que la de los varones. Sin embargo, en el caso de las Fuerzas Armadas, más de un 50% están conformadas por mujeres. Para bajar este número a tierra, Maira González, oficial en la Guardia Urbana de Pilar, trabaja en un equipo conformado por 170 policías, de los cuales 120 son mujeres y 50 son hombres. 

 

De todas formas, que la policía haya abierto sus puertas a candidatas mujeres, no quiere decir que ellas trabajen en las mismas condiciones. La cuestión de género en las fuerzas de seguridad sigue siendo un hecho indiscutible. Pocas mujeres alcanzan jerarquías altas, y quienes lo hacen no se ven excluidas de los pensamientos machistas de algunos de sus compañeros. En Buenos Aires hay más de 40.000 mujeres en una fuerza que cuenta actualmente con 94.000 efectivos. Solo dos de ellas ocupan un lugar en la cúpula. 

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Por primera vez, en el año 2019, el 51% de los cadetes egresados del Instituto Superior de Seguridad Pública fueron mujeres.

Fuente: Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad

Crédito: Google imágenes.

 

Reiteradas veces se esconden bajo la alfombra diversas situaciones generadas por la particular condición de ser mujer. No solo pasa por el acoso por parte de superiores masculinos abusando del poder de su rango, o de diferentes casos de violencia aislada, sino por la diferencia de condiciones que se da entre los dos sexos. 

 

Aunque el área de las fuerzas de seguridad siempre fue vista como una tarea para hombres de la cual las mujeres no podrían encargarse, cada vez son más las que se anotan en el cuerpo de seguridad del país, ya sea por vocación o para poder vivir. Distintos testimonios afirman que estas trabas no son algo único de las fuerzas, sino que se vive constantemente en cualquier ámbito de trabajo. A pesar de convivir y enfrentarse a estos obstáculos en el día a día de su labor, las mujeres continúan luchando por la igualdad de género.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Son muy pocas las mujeres que alcanzan jerarquías altas, como comisarias generales o inspectoras. Cada vez son más las que ocupan puestos administrativos o piden la baja.

Fuente: El País

Crédito: A.P.

 

La mujer vive con el peso de tener que demostrar sus capacidades al mundo todos los días y enseñar que pueden cumplir con sus tareas de la misma manera que un varón puede. Ser mujer es convivir con la mirada ajena, que prejuzga, subestima y se aferra a la anticuada concepción de que hay cosas que solo el hombre puede hacer. Son ideas construidas durante años por el patriarcado, que subordinan a las mujeres y en consecuencia limitan su rol en la sociedad.

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